Los suplementos vitamínicos son productos que concentran gran cantidad de nutrientes y sirven para complementar la ingesta alimentaria en situaciones especiales, pero no deben sustituir una dieta saludable.
En circunstancias normales, una alimentación adecuada y equilibrada proporciona todos los nutrientes necesarios para el normal desarrollo y mantenimiento de un organismo sano.
Hay que aclarar que, pese a que se utilizan diferentes nombres para referirnos a estos productos, la denominación legal correcta es complementos alimenticios.
Los complementos alimenticios se deben tomar según las dosis que el especialista haya recomendado y no deben ser excedidas.
Los complementos alimenticios sólo están indicados cuando la dieta no pueda satisfacer por completo los requerimientos nutricionales.
Para llevar una buena alimentación, existen instrumentos como la pirámide de la alimentación saludable o el plato para comer saludable, que traducen los conocimientos científicos en alimentos y nos enseñan de forma clara cómo comer para cubrir nuestra demanda de nutrientes y mantener la salud.
Su uso puede estar justificado en algunos grupos de población o etapas de la vida, por ejemplo, en el caso de:
Aunque estos productos son de venta libre, los sanitarios son los profesionales que tienen los conocimientos y herramientas oportunas para evaluar y orientar al paciente.
Los complementos alimenticios están regulados por la legislación. Esto significa que su composición está determinada.
Además de vitaminas y minerales, los complementos alimenticios pueden contener aminoácidos, ácidos grasos esenciales, fibra, diversas plantas y extractos de hierbas.
En el etiquetado de los suplementos vitamínicos figura obligatoriamente la denominación de las categorías de nutrientes o sustancias que caracterizan el producto, o una indicación relativa a la naturaleza de dichos nutrientes o sustancias.
Existen vitaminas y minerales obtenidos de fuentes animales o vegetales, y vitaminas y minerales de síntesis. La pureza y estructura química del producto determinará su efectividad.
No obstante, lo natural no significa que no tenga riesgo. Una ingesta de vitaminas y minerales excesiva y continuada puede ser perjudicial para la salud en algunas ocasiones, y así lo advierte la EFSA, estableciendo unos niveles máximos de ingesta admisible, teniendo en cuenta todas las fuentes de la dieta.
Para tomar suplementos alimenticios no es necesaria la receta médica. No obstante, aunque los complementos alimenticios no son medicamentos, requieren de un uso apropiado y responsable.
El sistema gastrointestinal es el encargado de incorporar al medio interno los nutrientes. La estructura química de las vitaminas y minerales determinan su actividad biológica, pudiendo condicionar su absorción, transporte, almacenamiento o degradación y, por tanto, condicionar sus efectos. Algunos estudios demuestran que la eficacia de las vitaminas y minerales de origen natural es mayor.
La mejor vitamina es la que está en el alimento.
Cuando por cualquier circunstancia, en la adolescencia, o en otras etapas de la vida, la dieta sea insuficiente, los complementos alimenticios pueden servir de soporte. Pero no podemos atribuir síntomas como el cansancio o la apatía, manifestaciones subjetivas que pueden deberse a causas diversas, a la falta de vitaminas; ni deducir, sin una evaluación que lo justifique, que los períodos de exámenes o de mucho trabajo físico, necesitan de multivitamínicos.
Una exploración médica, una evaluación de la ingesta dietética, o una bioquímica nutricional, son herramientas que nos sirven a los profesionales sanitarios para realizar un diagnóstico y una recomendación personalizada; además se acompaña de un seguimiento, para observar si se resuelve la carencia nutricional y determinar cuándo suspender el tratamiento.
La definición legal de complemento alimenticio son productos alimenticios cuyo fin sea complementar la dieta normal. Estos son fuentes concentradas de nutrientes o de otras sustancias que tengan un efecto nutricional o fisiológico.
Se suelen presentar en forma simple o combinada. Se comercializan en diferentes formatos, como son cápsulas, pastillas, tabletas, píldoras y otras formas similares, bolsitas de polvos, ampollas de líquido, etc.
Es importante recalcar que sirve cuando por diversas causas, la dieta no pueda presentarse variada y equilibrada, pensemos en un estado que impida una ingesta dietética completa; o también, en una etapa de la vida con necesidades nutricionales especialmente altas, y que pese a comer bien, no podamos satisfacer plenamente.
Cuando sean necesarias, sería aconsejable comprobar que la empresa que comercializa el producto esté registrada, pudiendo consultar su inscripción en el registro sanitario.
Y por supuesto, debemos tener claro que estos productos no tienen la propiedad de prevenir, tratar o curar una enfermedad, no son medicamentos.
Simplemente complementan la dieta, es más, el etiquetado, la presentación y la publicidad de los complementos alimenticios no pueden incluir ninguna afirmación que declare o sugiera que una dieta equilibrada y variada no aporta las cantidades adecuadas de nutrientes en general.